Sunday, January 31, 2010
Una chica interesante. Introducción a la economía de mercado, 2.
Decíamos ayer que para hacer más sostenible la economía, nos debíamos de preocupar en hacer más ligera la mercancía, pero en ningún caso bajar el ritmo alegre de las transacciones mercantiles. Llegué a proponer un cambio de besos por petróleo. Claro, no pensé que gasolineras de éstas a pie de carretera, donde en lugar de gasolina de 95 octanos puedes comprar besos, existen desde antes de los combustibles fósiles, por más que nuestros gobernantes se empeñen en clausurar los Club Ribiera de turno.
Pero donde se hace inoportuno el ejemplo es en otra parte: cuando para que compres gasolina te venden besos. Con el fetichismo de la mercancía hemos topado... Se trata de una perversión que sirve tanto para vender merluza como para vender países. Frente a estos besos estamos más vendidos que dentro de un puticlub.
Monday, January 25, 2010
Tractatus 9. Dolor, dibujo, arquitectura.
"Nuestra Vida es tan infinita como ilimitado es nuestro campo visual". 6.4311 (final)
Ludwig Wittgenstein, "Tractatus logico-philosophicus".
¿Se acuerda alguien de "El vientre del arquitecto" ("The belly of an Architect")?
Una peli del 87 del siglo pasado, de Peter Greenaway, donde Brian Dennehy interpreta uno de sus pocos papeles protagonistas... ¿Sí? ¿Les suena? Les pongo en situación: un afamado y maduro arquitecto americano (Stourley Kracklite) llega a Roma para comisariar una exposición retrospectiva sobre otro arquitecto: Etienne Louis Boullée. Casi nada. El argumento, pues que del polvo venimos y al polvo vamos. Y de polvo en polvo. Si les pica la curiosidad, adelante con la peli. Háganlo. Yo me lo pasé pipa. Si no les gusta, les cedo el espacio de comentarios de un poco más abajo para que me dejen a parir.
Pero si rescato este casi fósil del celuloide, es porque incluye la escena donde se refleja mejor que en ningún otro lado lo que significa el dibujo para un arquitecto: todo. Para él, entender es dibujar. Los límites de su conocimiento son los límites de lo que puede dibujar. Lo puede dibujar todo. Incluso el dolor.
Ludwig Wittgenstein, "Tractatus logico-philosophicus".
¿Se acuerda alguien de "El vientre del arquitecto" ("The belly of an Architect")?
Una peli del 87 del siglo pasado, de Peter Greenaway, donde Brian Dennehy interpreta uno de sus pocos papeles protagonistas... ¿Sí? ¿Les suena? Les pongo en situación: un afamado y maduro arquitecto americano (Stourley Kracklite) llega a Roma para comisariar una exposición retrospectiva sobre otro arquitecto: Etienne Louis Boullée. Casi nada. El argumento, pues que del polvo venimos y al polvo vamos. Y de polvo en polvo. Si les pica la curiosidad, adelante con la peli. Háganlo. Yo me lo pasé pipa. Si no les gusta, les cedo el espacio de comentarios de un poco más abajo para que me dejen a parir.
Pero si rescato este casi fósil del celuloide, es porque incluye la escena donde se refleja mejor que en ningún otro lado lo que significa el dibujo para un arquitecto: todo. Para él, entender es dibujar. Los límites de su conocimiento son los límites de lo que puede dibujar. Lo puede dibujar todo. Incluso el dolor.
Esto ha sido una coproducción conmigo mismo, en suministro de emociones. Y donde digo dibujo, buenas son fotos, claro... Lo de saltarme el martes es porque en lunes lo del dolor se hace más explícito...
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Sunday, January 24, 2010
jam train
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Thursday, January 21, 2010
La cuesta de enero. Introducción a la economia de mercado (I).
Con la LX3, callejeando Barcelona con nocturnidad.
Más que cuesta de enero, la cosa se pone como de empalmar el Angliru y el Tourmalet. Lo jodido es que el puerto no lo veo ni en primavera, así que fijo que antes me pilla la pájara. Eso, o mando la bici a tomar viento y yo a recoger flores de colores.
Mientrastanto, en la ciudad, hay a quien sigue desquiciándole el comprar y comprar y comprar... Se merecen un monumento. O dos. En el sistema actual no nos mueve el dinero: nos mueve el propio movimiento. Y es que a nuestro sistema económico lo encuentro de una belleza aterradora de tan absolutamente abstracto. Para entenderlo, no hacen falta ni euríbors ni historias: simplemente se requiere un velocímetro. Cuanto más follada sea la velocidad de transmisión, mejor. Una economía sostenible se equivoca si procura reducir la velocidad: de lo que se debe preocupar es de que lo que vaya rápido (lo que se transmita) sea muy chorras. Sustituir petróleo por besos, por ejemplo.
De poner orden a toda esta empanada mental va esta serie.
Mientrastanto, en la ciudad, hay a quien sigue desquiciándole el comprar y comprar y comprar... Se merecen un monumento. O dos. En el sistema actual no nos mueve el dinero: nos mueve el propio movimiento. Y es que a nuestro sistema económico lo encuentro de una belleza aterradora de tan absolutamente abstracto. Para entenderlo, no hacen falta ni euríbors ni historias: simplemente se requiere un velocímetro. Cuanto más follada sea la velocidad de transmisión, mejor. Una economía sostenible se equivoca si procura reducir la velocidad: de lo que se debe preocupar es de que lo que vaya rápido (lo que se transmita) sea muy chorras. Sustituir petróleo por besos, por ejemplo.
De poner orden a toda esta empanada mental va esta serie.
Tuesday, January 19, 2010
y 8: maaaaaambó!!! (sí, sí, el Tractatus)
Me veo empujado a continuar la serie. A la insistencia de Carlos Marlowe se han añadido las de Mazinger Z, Messieur R. y Mónica Gaudí (esta última incluso llega al extremo de prohibirme pasar a "Dirección Única" de Walter Benjamin antes de un par de años, una vez yo ya haya llegado a la cuarentena: sospecho que le gustaría que me acostara con Heidegger por no sé qué historias en las que anda enfrascada, pero a mí ese tipo no me pone, no).
Me he puesto a investigar sobre el tema para dar con otros matices y direcciones de los que servirme en estas disgresiones. Ya he manifestado mis sospechas que Wittgenstein construye su filosofar sobre experiencias muy reales. Recordaba sus "Diarios Secretos" escritos en las trincheras de la Gran Guerra, donde se lanzaba a episodios de sensualidad consigo mismo:
"5 de septiembre de 1914:
Me encuentro en camino hacia un gran descubrimiento. ¿Pero llegaré a él? Noto mi sensualidad más que antes. Hoy he vuelto a m[asturbarme]. Afuera hace un tiempo gélido y tormentoso."
Obsérvese cómo el pudor lo lleva a lanzarse a esas orgías de a uno guarecido en unos corchetes. Una vez hagan prisionero a Wittgenstein, al final del pollo y mientras permanece internado en un campo de prisioneros nada envidiable, se dedicará a redactar el "Tractatus Logico-Philosophicus" a partir de las notas tomadas en esos "Diarios Secretos".
Atraído por lo ocurrente del rimar paja con filosofía, puse a trabajar a Google. Tecleé "masturbación & Ludwig Wittgenstein". Pues 966 entradas encontradas, tú. Si no os lo creéis, haced la prueba, aunque lo más probable es que os salgan 967: cosas de la sincronización Google-Blogger. En la primera entrada, nuestros amigos de la Junta de Extremadura: "La Junta aplaude el curso de masturbación (...)" se titula el link. Como coletilla: "Hasta Ludwig Wittgenstein se masturbaba".
Vamos a ver... En otro post publicado en el blog de los tochos, no dudé en aplaudir la iniciativa llevado por el grato recuerdo de ciertas profesoras de mi instituto, protagonistas ellas de sueños lúbricos y nocturnos. ¿Quienes mejor que ellas para la iniciación a la pedagogía del amor a uno mismo?
Veo consternado que la cosa va por otros derroteros: la sustitución de mis queridas profesoras por Ludwig Wittgenstein trata de incrementar la vocación por el conocimiento mezclando investigación y orgasmo. Sobre el papel quizás tenga sus bondades, pero en la práctica... que nos tengamos que pajear excitados ante un retrato de Ramón y Cajal, dá grima, la verdad.
Me he puesto a investigar sobre el tema para dar con otros matices y direcciones de los que servirme en estas disgresiones. Ya he manifestado mis sospechas que Wittgenstein construye su filosofar sobre experiencias muy reales. Recordaba sus "Diarios Secretos" escritos en las trincheras de la Gran Guerra, donde se lanzaba a episodios de sensualidad consigo mismo:
"5 de septiembre de 1914:
Me encuentro en camino hacia un gran descubrimiento. ¿Pero llegaré a él? Noto mi sensualidad más que antes. Hoy he vuelto a m[asturbarme]. Afuera hace un tiempo gélido y tormentoso."
Obsérvese cómo el pudor lo lleva a lanzarse a esas orgías de a uno guarecido en unos corchetes. Una vez hagan prisionero a Wittgenstein, al final del pollo y mientras permanece internado en un campo de prisioneros nada envidiable, se dedicará a redactar el "Tractatus Logico-Philosophicus" a partir de las notas tomadas en esos "Diarios Secretos".
Atraído por lo ocurrente del rimar paja con filosofía, puse a trabajar a Google. Tecleé "masturbación & Ludwig Wittgenstein". Pues 966 entradas encontradas, tú. Si no os lo creéis, haced la prueba, aunque lo más probable es que os salgan 967: cosas de la sincronización Google-Blogger. En la primera entrada, nuestros amigos de la Junta de Extremadura: "La Junta aplaude el curso de masturbación (...)" se titula el link. Como coletilla: "Hasta Ludwig Wittgenstein se masturbaba".
Vamos a ver... En otro post publicado en el blog de los tochos, no dudé en aplaudir la iniciativa llevado por el grato recuerdo de ciertas profesoras de mi instituto, protagonistas ellas de sueños lúbricos y nocturnos. ¿Quienes mejor que ellas para la iniciación a la pedagogía del amor a uno mismo?
Veo consternado que la cosa va por otros derroteros: la sustitución de mis queridas profesoras por Ludwig Wittgenstein trata de incrementar la vocación por el conocimiento mezclando investigación y orgasmo. Sobre el papel quizás tenga sus bondades, pero en la práctica... que nos tengamos que pajear excitados ante un retrato de Ramón y Cajal, dá grima, la verdad.
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Saturday, January 16, 2010
Jaisalmer-Madrid. Contratiempos a una idea de Progreso.
Tuesday, January 12, 2010
Martes de Tractatus (y van 7)
Joven seguidora del Tractatus, reponiéndose de estress neuronal.
Otro martes. Pues Tractatus. Hoy no nos iremos muy lejos de la cita anterior, ésa que dudaba de la salida del sol a la mañana siguiente. Sospecho que tanta historia igual le sobrevino a Ludwig Wittgenstein en medio de una resaca descomunal, a la que no creyó sobrevivir...
"A toda visión moderna del mundo subyace el espejismo de que las llamadas leyes de la naturaleza son las explicaciones de los fenómenos de la naturaleza". 6.371
Sí, claro, se trata de no confundir el "QUÉ" con el "POR QUÉ". Pero pasemos al punto siguiente:
Uy... Se acuerdan ustedes del tan manido "de lo que no se puede hablar, hay que callar"7 ? Me temo que con el que no se puede hablar ese pasa como con las meigas: que no existen pero haberlas haylas. Agradeceré a algún posible lector ducho en wittgensteniadas que nos esclarezca tal extremo. Desde mi entendimiento parcial, asistemático y confuso, me parece que el tipo construye sus formulaciones alrededor de un vacío, el silencio del que no deja hablar pero que pese a todo ocupa el espacio central de sus preocupaciones. Decía (y supongo que sigue diciendo) Xavier Rubert de Ventós que la Estética es la parte del conocimiento dedicada a la pura superficialidad: ¿Podemos entender entonces la obra de Wittgenstein como una estética del silencio? Toda esa preocupación por la lógica y el lenguaje... ¿no se tratará de la epidermis de lo casllado? Intuyo la respuesta del experto wittgensteniano: "joder tío, calla la puta boca que no tienes ni pajolera idea de lo que hablas". Glups... Yo a los filo-filósofos les hacía mejores modales...
"A toda visión moderna del mundo subyace el espejismo de que las llamadas leyes de la naturaleza son las explicaciones de los fenómenos de la naturaleza". 6.371
Sí, claro, se trata de no confundir el "QUÉ" con el "POR QUÉ". Pero pasemos al punto siguiente:
"Y así se aferran a las leyes de la naturaleza como a algo intocable, al igual que los antiguos a Dios y al destino.
Y ambos tienen razón y no la tienen. Pero los antiguos son, en cualquier caso, más claros en la medida en que reconocen un final claro, en tanto que en el nuevo sistema ha de parecer como si todo estuviera explicado." 6.372
Y ambos tienen razón y no la tienen. Pero los antiguos son, en cualquier caso, más claros en la medida en que reconocen un final claro, en tanto que en el nuevo sistema ha de parecer como si todo estuviera explicado." 6.372
Uy... Se acuerdan ustedes del tan manido "de lo que no se puede hablar, hay que callar"7 ? Me temo que con el que no se puede hablar ese pasa como con las meigas: que no existen pero haberlas haylas. Agradeceré a algún posible lector ducho en wittgensteniadas que nos esclarezca tal extremo. Desde mi entendimiento parcial, asistemático y confuso, me parece que el tipo construye sus formulaciones alrededor de un vacío, el silencio del que no deja hablar pero que pese a todo ocupa el espacio central de sus preocupaciones. Decía (y supongo que sigue diciendo) Xavier Rubert de Ventós que la Estética es la parte del conocimiento dedicada a la pura superficialidad: ¿Podemos entender entonces la obra de Wittgenstein como una estética del silencio? Toda esa preocupación por la lógica y el lenguaje... ¿no se tratará de la epidermis de lo casllado? Intuyo la respuesta del experto wittgensteniano: "joder tío, calla la puta boca que no tienes ni pajolera idea de lo que hablas". Glups... Yo a los filo-filósofos les hacía mejores modales...
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Sunday, January 10, 2010
Señores indios.
Tanto dibujar como fotografiar tienen algo de arte marcial... Como judokas, tratan de aprovechar las inercias del contrario para revertirlas en su favor, aprovechar las inercias del tiempo, del tiempo... ¿perdido? para capturar así pequeñas esencias de un mundo que ya no será.
Esperas en la recepción de un hotel, en un largo trayecto en autobús o en tren... Tiempo vivido circunstancialmente, despojado de la noción de instante, puro relleno entre instantes decisivos. Oí al antropólogo Manuel Delgado que se preguntaba sobre el tan recurrente ¿dónde vives?, como si alguien sólo pudiera vivir en su domicilio (y más allá de la vida privada, uno ya no vive, es otro, puro teatro quizás).
Algo similar sucede con el tiempo: se da por sentado que uno no está todo el día viviendo, sólo se vive a ratos, y por esto muchos sólo sacamos la cámara para recoger esos momentos: soplar las velas en un cumpleaños, una boda, un concierto, en medio de un polvo los más osados... En cambio, el lápiz aparece de modo más incisivo en esos momentos no vividos, en las esperas, en los silencios...
Esperas en la recepción de un hotel, en un largo trayecto en autobús o en tren... Tiempo vivido circunstancialmente, despojado de la noción de instante, puro relleno entre instantes decisivos. Oí al antropólogo Manuel Delgado que se preguntaba sobre el tan recurrente ¿dónde vives?, como si alguien sólo pudiera vivir en su domicilio (y más allá de la vida privada, uno ya no vive, es otro, puro teatro quizás).
Algo similar sucede con el tiempo: se da por sentado que uno no está todo el día viviendo, sólo se vive a ratos, y por esto muchos sólo sacamos la cámara para recoger esos momentos: soplar las velas en un cumpleaños, una boda, un concierto, en medio de un polvo los más osados... En cambio, el lápiz aparece de modo más incisivo en esos momentos no vividos, en las esperas, en los silencios...
En estos silencios cabe el riesgo de que uno se acabe oyendo...
Oyéndose uno mismo, pero también oyendo al otro. Escuchándolo incluso.
Escuchar. Entender. Conocer.
Dibujar es reencontrarse con un tiempo.
Thursday, January 7, 2010
El pisapapeles. Retrato de la suegra con una Rolleiflex Standard 622
Como no me canso de restregarle a todo quisqui, he hecho mía una Rolleiflex Standard 622, un modelo de 1935, creo que el mismo que calzaba Gerda Taro. La ví asomada por e-bay, disparé 60€, e hice mía la presa. El objetivo es un Carl Zeiss Jena Tessar 7.5 f.3,5 y encima es "uncoated", pero esto último no es bueno, es malo, y a saber qué significa. Supongo que es lo que lo hace algo blandito, ni idea. Para quien no le suene de nada la cosa, pues se trata de una caja negra, con dos objetivos (por uno miras y el otro hace la foto), y carrete de 120, el de los negativos de 6x6, un full-frame de la hostia.
Ante la duda de si había comprado una cámara o un pisapapeles, lo cargué de película y me fui a disparar lo que se me pusiera a tiro, así sin manías. Una de las primeras presas, mi suegra. Pum. Despistada como estaba en pleno desayuno, la retraté despiadadamente y a bocajarro. Ale.
Lo del escaneo de una foto de 6x6 es un Cristo. Aunque te lo hagan en PRO40. Me río yo de las penas de los digitales con tanta limpieza de sensor, que hasta parecen sacados de un anuncio de Míster Proper. Para roña, la que se acumula en la imagen digitalizada de un negativo de medio formato. Ahora, que yo, pasando millas de meterme a clonar con el Photoshop, como si no hubiera mejores menesteres a los que dedicar la tarde... Aunque en este caso, casi que la cosa incluso rema en favor de la fotografía...
Por otra parte, me estoy dando cuenta que en mis retratos más personales el rostro desaparece... tras una mano como en este caso, o como una ausencia recortada como con el retrato de mi padre. De todas formas, lo que me pudo fue el deslizarse de la luz, tan frontal a la suegra... cómo lame el desayuno (la luz, claro)... Nada, que el pisapapeles se ha ganado que lo vuelva a sacar a pasear. Este puede ser el inicio de una gran amistad...
Ante la duda de si había comprado una cámara o un pisapapeles, lo cargué de película y me fui a disparar lo que se me pusiera a tiro, así sin manías. Una de las primeras presas, mi suegra. Pum. Despistada como estaba en pleno desayuno, la retraté despiadadamente y a bocajarro. Ale.
Lo del escaneo de una foto de 6x6 es un Cristo. Aunque te lo hagan en PRO40. Me río yo de las penas de los digitales con tanta limpieza de sensor, que hasta parecen sacados de un anuncio de Míster Proper. Para roña, la que se acumula en la imagen digitalizada de un negativo de medio formato. Ahora, que yo, pasando millas de meterme a clonar con el Photoshop, como si no hubiera mejores menesteres a los que dedicar la tarde... Aunque en este caso, casi que la cosa incluso rema en favor de la fotografía...
Por otra parte, me estoy dando cuenta que en mis retratos más personales el rostro desaparece... tras una mano como en este caso, o como una ausencia recortada como con el retrato de mi padre. De todas formas, lo que me pudo fue el deslizarse de la luz, tan frontal a la suegra... cómo lame el desayuno (la luz, claro)... Nada, que el pisapapeles se ha ganado que lo vuelva a sacar a pasear. Este puede ser el inicio de una gran amistad...
Tuesday, January 5, 2010
Tras unos martes a dos velas, éste, Tractatus Retourns (6)
Pues sí, volvemos con el Tractatus tras un paréntesis turronero. Confiaba en que nadie lo echara de menos y así pegar el cambiazo con "Dirección Única" de Walter Benjamin (su sentencia "los libros y las prostitutas pueden llevarse a la cama", promete material muy estimulante para estas lecturas ilustradas). Además, lo he de confesar: el Tractatus se me está poniendo cuesta arriba. En PC-City ya me han contestado que ampliaciones neuronales no tocan, así que iré tirando con las que hay, que son pocas y cobardes. Creo que voy a añadir unas entradas más y se acabó. O lo paso a modo mensual para permitirme una lectura más sistemática de la cosa, alojando el Tractatus el la selecta biblioteca de mi wc, y así poder consultarlo con asiduidad. Vale, pues haré esto: a la que llegue a diez, espaciaré las entradas a una por mes, y nos vamos a por el pintejas de Benjamin. Otra opción es dejar la serie en ocho, por aquello del "maaambó!", ya veremos.
Ante tanta incertidumbre, y tras estos martes fallidos, la cita viene rodada:
"Que el sol vaya a salir mañana es una hipótesis; y esto quiere decir: no sabemos si saldrá". 6.36311
La entrada debía terminar aquí, pero va y me encuentro lo siguiente, en las primeras páginas de "La condición humana" de André Malraux (novela que desde hoy me acompaña en las últimas horas de vigilia, además de algún que otro trayecto de metro):
(...) Pero era lejos donde vivían los hombres; allí, nada quedaba del mundo, como no fuese una noche, en la cual Chen se ponía de acuerdo con su instinto, como adquiriendo una amistad súbita: aquel mundo nocturno, inquieto, no se oponía a su crimen. Mundo en que los hombres habían desaparecido; mundo eterno. ¿VOLVERÍA EL DÍA, ACASO, SOBRE AQUELLAS TEJAS PODRIDAS, SOBRE TODAS AQUELLAS CALLEJUELAS, EN EL FONDO DE LAS CUALES UNA LINTERNA ILUMINABA UN MURO SIN VENTANAS O UN NIDO DE HILOS TELEGRÁFICOS? Existía un mundo del crimen, y él se hallaba en ese mundo, como en el calor. Ninguna vida; ninguna presencia; ningún ruido próximo. Ni siquiera los gritos de los modernos comerciantes; ni siquiera los ladridos de los perros abandonados...
Malroux, pues, introduce un matiz importante en la aséptica ley del Tractatus: es la misma noche la que duda que tras ella haya nada, ni siquiera el día. Noche como manto tibio y criminal, bajo el que se cobijan conciencias malheridas. Y es que Wittgenstein tiene esto: bajo sus formulaciones casi matemáticas se esconde la vida que quema...
El azar de este encuentro en que Malroux exclama "doctor Wittgenstein, supongo", cierra un círculo secreto: confieso ahora que es por culpa de Carlos Ll. que estos martes de Tractatus siguen una semana más. Por esto me alegran las notas de film noire que ha acabado adquiriendo la cosa, pues le quedan que ni pintadas a este Philip Marlowe potencial...
Ante tanta incertidumbre, y tras estos martes fallidos, la cita viene rodada:
"Que el sol vaya a salir mañana es una hipótesis; y esto quiere decir: no sabemos si saldrá". 6.36311
La entrada debía terminar aquí, pero va y me encuentro lo siguiente, en las primeras páginas de "La condición humana" de André Malraux (novela que desde hoy me acompaña en las últimas horas de vigilia, además de algún que otro trayecto de metro):
(...) Pero era lejos donde vivían los hombres; allí, nada quedaba del mundo, como no fuese una noche, en la cual Chen se ponía de acuerdo con su instinto, como adquiriendo una amistad súbita: aquel mundo nocturno, inquieto, no se oponía a su crimen. Mundo en que los hombres habían desaparecido; mundo eterno. ¿VOLVERÍA EL DÍA, ACASO, SOBRE AQUELLAS TEJAS PODRIDAS, SOBRE TODAS AQUELLAS CALLEJUELAS, EN EL FONDO DE LAS CUALES UNA LINTERNA ILUMINABA UN MURO SIN VENTANAS O UN NIDO DE HILOS TELEGRÁFICOS? Existía un mundo del crimen, y él se hallaba en ese mundo, como en el calor. Ninguna vida; ninguna presencia; ningún ruido próximo. Ni siquiera los gritos de los modernos comerciantes; ni siquiera los ladridos de los perros abandonados...
Malroux, pues, introduce un matiz importante en la aséptica ley del Tractatus: es la misma noche la que duda que tras ella haya nada, ni siquiera el día. Noche como manto tibio y criminal, bajo el que se cobijan conciencias malheridas. Y es que Wittgenstein tiene esto: bajo sus formulaciones casi matemáticas se esconde la vida que quema...
El azar de este encuentro en que Malroux exclama "doctor Wittgenstein, supongo", cierra un círculo secreto: confieso ahora que es por culpa de Carlos Ll. que estos martes de Tractatus siguen una semana más. Por esto me alegran las notas de film noire que ha acabado adquiriendo la cosa, pues le quedan que ni pintadas a este Philip Marlowe potencial...
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