Monday, November 30, 2009

Si hoy es martes, Tractatus (3). Y si es lunes, pues también.

Hoy nos quedamos en el prólogo:

"(...) lo que siquiera puede ser dicho, puede ser dicho claramente; y de lo que no se puede hablar, hay que callar. El libro quiere trazar un límite al pensar. (...) El límite sólo podrá ser trazado en el lenguaje, y lo que reside más allá del límite será simplemente absurdo."

Tractatus logico-philosophicus, Ludwig Wittgenstein





Hasta aquí, perfecto. Más allá de estas líneas me la pego contra mi sentido del humor. Sí, he sido víctima de una broma, urdida por uno de mis yoes, el de hace unos seis o siete años. Sospecho que tras la llegada del libro a casa, lo abrí para marcar con fosforito toda una constelación de citas que ahora se muestran impenetrables. Tengo serias dudas que haya entendido alguna vez el significado de esas palabras, aun bajo los efectos de una posible intoxicación alcohólica. Pero el libro está ahí, en la mesilla de noche, con indescifrables párrafos subrallados por una mano que tuvo que ser mía. Sí, ya sé que Wittgenstein pedía no decir palabra sobre lo que no se sabía, pero no dijo nada sobre hacer fotos... ¿Y si la fotografía empieza donde acaban las palabras? Como un instrumento de exploración del absurdo...

Tuesday, November 24, 2009

Si hoy es martes, Tractatus (2)




"Los límites de mi lenguaje significan los límites de mi mundo. 5.6"

Tractatus logico-philosophicus, Ludwig Wittgenstein

Tuesday, November 17, 2009

Si hoy es martes, Tractatus (1)



"El mundo es todo lo que es el caso. (1)
El mundo es la totalidad de los hechos, no de las cosas. (1.1)"

Tractatus logico-philosophicus, Ludwig Wittgenstein

Thursday, November 12, 2009

La soledad del ficus




- ¿Será que la amo? Es una duda que me ha acompañado toda la vida, y en la actualidad tengo motivos para pensar que el amor acompañado de tanta duda es el amor verdadero.

Italo SVEVO, "La conciencia de Zeno"


Tuesday, November 10, 2009

Hay tiempo: Manuel Álvarez Bravo según Juan Villoro

Notas, mal pasadas a limpio, de una conferencia que fue en el Espai Cultural de CajaMadrid de Barcelona, organizada junto a la Fundació FotoColectània, el martes, 13 de octubre de 2009, a cargo de Juan Villoro sobre la obra de Manuel Álvarez Bravo.
Desconociendo en profundidad la obra de Álvarez Bravo, debo confesar que todavía ahora no sé qué me ha encandilado más, si las fotografías o el verbo de Villoro con el que hilvanó una conferencia de vuelta al ruedo.




"mano que da", 1940

"Hay tiempo". Una respuesta que Álvarez Bravo siempre tenía a punto.

"Hay tiempo" es la decisión de separarse del flujo del tiempo, para volver sobre él atrapándolo en momentos singulares.
Esta frase contiene una Estética que se fija en el "relámpago de revelación".

La espera es una estrategia de alguien que dosifica sus recursos, lo contrario de quien confía que el azar le depare la obra maestra. Villoro califica a Álvarez Bravo, conjuntamente a Henri Cartier Bresson, como "ahorradores de imagen". Y es que la composición antecede al retrato: el fotógrafo aguarda el momento en que la realidad adopta la composición que está acechando. Se materializa la "noción de fragmento" de Susan Sontag, esas rebanadas de mundo que contienen la totalidad, una parte como un todo.


"bicicletas en domingo", 1966


Álvarez Bravo nació en un México que nos es desconocido: ese cuya capital se erigía en un paisaje reclamo de tantos fotógrafos: Paul Strand, Hugo Breme, Edward Weston y su amante Tina Mondotti (que regalaría su cámara a un joven aprendiz de fotógrafo, Álvarez Bravo, la vigilia de verse expulsada del país, en 1930)... Y es que "La región más transparente" a la que se refiere Carlos Fuentes no es otra que México DF, una metrópolis en la que primero desapareció el agua, para luego desaparecerle el cielo. Pero estamos todavía en 1923 cuando un autodidacta Álvarez Bravo se interesa por la cámara.



De Paul Strand toma una cualidad que hace suya: pese a unos referentes locales muy fuertes, en cada toma la fotografía se universaliza. Toma así distancia respecto a la búsqueda de lo específicamente mexicano, del que es estandarte la gigantomaquia de los murales de Orozco, Siqueiro, Ribera... Lo menor, el lado B de la Revolución mexicana, la oposición al pintoresquismo que supone la recuperación de una tradición pre-hispánica... Esa es la dirección que tomará Álvarez Bravo.



"colchón", 1927

Como Edward Weston y Tina Mondotti durante su estancia en México, Álvarez Bravo retrató petates, unos colchones en el que los pobres dormían sus sueños hasta que, atrapados por la muerte, se convertían en sus ataúdes.





"el ensueño", 1931

Los sujetos fotografiados no miran a la cámara: se muestran inquietos, desconcertados. Se les retrata por accidente, preservando así su identidad. No hay que robar el espíritu del fotografiado (en la línea de una tradición indígena, pero también como una mirada moderna, en la que el objeto del Arte es inconsciente de su artisticidad). En "el ensueño", el centro de la fotografía gravita en los pensamientos de la muchacha, en la vida privada y misteriosa de alguien que, por su extracción social, no debería tener vida privada: toda una sutil dignificación, sin que medie paternalismo alguno. Lo que hace inagotable a muchas fotografías es que cada una de ellas plantea diferentes preguntas, muestra pliegues, convoca misterios...




"parábola óptica", 1931

"Parábola óptica" anticipará el trato que tendrá con André Bretón. Sus fotografías contienen elementos de surrealismo: una manera de desordenar la realidad, de refractarla. Su fotografía parte de una realidad dada, que al mismo tiempo se interesa por los sueños de la realidad. Lo decisivo será encontrar los momentos en que la realidad se desprende de sí misma. Luís Cardoso y Aragón (aquel que enunció que "la poesía es la única prueba concreta de la existencia del hombre") dirá que lo fotografiado por Álvarez Bravo es la "realidad desordenada ante un misterio".




"la buena fama, durmiendo" 1930


"La buena fama, durmiendo", es una fotografía tomada a medias con André Bretón, y que debía servir como cartel de una exposición. En ella, la joven muestra pudorosamente vestidas las partes menos eróticas de su anatomía, equivocación que le valió el cambio de cartel.



"qué chiquito es el mundo", 1942

En "qué chiquito es el mundo" juegan azar y fortuna. El tiempo de la imagen es decisivo: nadie sabe qué sucederá cuando se crucen los dos personajes de la foto, el fotógrafo ha detendido el tiempo el instante anterior, se ha retratado lo inminente. Lo importante es que en este momento todo es posible, es una "fotografía a punto de zarpar", acaso gracias al velamen de las azoteas. De Walter Benjamin a John Berger se reconoce que la fotografía no se puede desprender de lo que pasó. En Álvarez Bravo "la fotografía capta lo que fue y lo convierte en lo que será".


"El principal instrumento de un fotógrafo -cuenta Álvarez Bravo- son sus ojos. Sin embargo muchos fotógrafos usan los ojos de otros fotógrafos: esos fotógrafos están ciegos".

No en balde, Gilberto Owen diría: "el corazón... yo lo usaba con los ojos!"

Monday, November 9, 2009

provincianismos




Y así como años atrás había deseado cruzar la frontera del espacio, ahora me fascinaba el acto de cruzar la frontera del tiempo. Temía caer en la trampa del provincianismo, noción que solemos asociar con el espacio: provinciano es aquel cuyo pensamiento está centrado en un limitado espacio al que el idividuo en cuestión atribuye una importancia desmesurada, universal. Sin embargo, T.S. Eliot advierte de otro provincianismo, no del espacio sino del tiempo: "En la época actual -escribe en 1944 en un ensayo sobre Virgilio-, en que los hombres parecen más inclinados que nunca a confundir sabiduría con conocimiento y conocimiento con información, y a tratar de resolver problemas vitales en términos de ingeniería, está naciendo una nueva especie de provincianismo, que quizá merezca un nombre nuevo. No es un provincianismo espacial sino temporal, un provincianismo cuya historia es la mera crónica de las intervenciones humanas que sirvieron en su momento y fueron desechadas, un provincianismo para el cual el mundo es propiedad exclusiva de los vivos, sin participación alguna de los muertos. El peligro de esta clase de provincianismo es que todos, todos los pueblos de la tierra, podemos ser juntos provincianos; y quienes no se contentan con serlo, sólo les queda convertirse en ermitaños."

Ryszard KAPUSCÍNSKI, "Viajes con Heródoto"


Quizás toque sacar a bailar a los muertos...

Wednesday, November 4, 2009

Forats de bala: Ricard Martínez mira la mirada de Agustí Centelles



El refotógrafo Ricard Martínez, desde Arqueologia del punt de vista, nos invita a acompañarle a lo largo de la jornada del 19 de julio de 1936, siguiendo los pasos de Agustí Centelles. Cualquiera se resiste a tamaño canto de sirena, así que el sábado pasado me fuí con él, a lo largo de una mañana que fue escalofriante. La de Agustí Centelles empezó al salir el sol, a las 6, esperando a que despejaran los tiros que barrían la ciudad. Nuestra mañana empieza a las 10:30, coincidiendo con los primeros clicks de la Leica e Centelles.

Habrá más sábados, no se lo pierdan y reserven día. En "El beso de Judas", Joan Fontcuberta contaba, a propósito de Martí Llorens (buen amigo de Ricard M.) : " la fotografía no es un arte sino un combate con el tiempo. La máquina del tiempo no era pues el artilugio infernal que nos transportaba de una época a otra tal como soñó H.G.Wells, ni tan siquiera el mecanismo misterioso del reloj, sino lisa y llanamente la cámara fotográfica". Si tienen alguna duda al respecto, vayan y vean. Pero ya nada será lo mismo. Cuando la ciudad recupera la memoria se vuelve densa.

Ante la fotografía de Agustí Centelles, hasta el mismo Ricard Martínez se quedó desenfocado. No es para menos:



Ante esta barricada, improvisada con los cuerpos de unos caballos rebeldes, empieza la jornada. Un collage de tiempo, donde no sólo se nos hace presente lo que sucedió ante la cámara de Centelles: también el fotógrafo mismo se hace de algún modo visible. Buscamos sus pasos y nos damos de bruces con las coordenadas espaciales donde un click devino icono.

Por sorpresa, el hijo de Agustí, Sergi Centelles, se sacó de una bandolera la Leica III de su padre, todo un regalo para los no pocos fetichistas que le rodeaban.



Después nos confesó que esta cámara era un modelo idéntico de la que usó Agustí Centelles durante la jornada del Alzamiento en Barcelona. La falta de uso y la necesidad se conjugaron para venderla a un conocido. Sería después que volvería a adquirir ese mismo modelo en Foto Casanova, ese que pudimos ver el sábado fugazmente.

Casi tres horas después, la deriva fotográfica nos deja en La Rambla de Santa Mònica, ante uno e los últimos pollos de ese 19 de julio: el asalto a las Drassanes (Atarazanas). Como apunta Ricard, de derecha a izquierda, Agustí Centelles (nieto), Octavi Centelles (hijo), un soldado leal a la República, Joaquín Ascaso, Francisco Ascaso (a pocos minutos de caer fulminado por una bala), Sergi Centelles (hijo) y Ricard Martínez.



Tuesday, November 3, 2009

palabra

"(...) descubrí una relación entre tener nombre y existir, pues cada vez que volvía al hotel me daba cuenta de que en la ciudad había visto tan sólo aquello que sabía nombrar (...)"

Ryszard KAPUSCÍNSKI, "Viajes con Heródoto"



Pero esto, ya lo sabía:

"Dicen que el hombre no es hombre
mientras que no oye su nombre
de labios de una mujer.
Puede ser."

Antonio MACHADO.

Monday, November 2, 2009

western (3)



Pues sí: nos vamos al Oeste-Oeste, al de verdad... Aunque rebose de mentiras, como la de esa maravillosa trola que es Las Vegas, que quizás por esto mismo es una de las ciudades más auténticas en las que uno se puede perder...

Y si de aquí uno se lanza a los escenarios que John Ford hizo leyenda, se te corta la respiración... Eso sí, manteniendo la compostura y elevando el glamur tal como se levanta el meñique antes de caer para, con un click, capturar el tiempo...