Me veo empujado a continuar la serie. A la insistencia de Carlos Marlowe se han añadido las de Mazinger Z, Messieur R. y Mónica Gaudí (esta última incluso llega al extremo de prohibirme pasar a "Dirección Única" de Walter Benjamin antes de un par de años, una vez yo ya haya llegado a la cuarentena: sospecho que le gustaría que me acostara con Heidegger por no sé qué historias en las que anda enfrascada, pero a mí ese tipo no me pone, no).
Me he puesto a investigar sobre el tema para dar con otros matices y direcciones de los que servirme en estas disgresiones. Ya he manifestado mis sospechas que Wittgenstein construye su filosofar sobre experiencias muy reales. Recordaba sus "Diarios Secretos" escritos en las trincheras de la Gran Guerra, donde se lanzaba a episodios de sensualidad consigo mismo:
"5 de septiembre de 1914:
Me encuentro en camino hacia un gran descubrimiento. ¿Pero llegaré a él? Noto mi sensualidad más que antes. Hoy he vuelto a m[asturbarme]. Afuera hace un tiempo gélido y tormentoso."
Obsérvese cómo el pudor lo lleva a lanzarse a esas orgías de a uno guarecido en unos corchetes. Una vez hagan prisionero a Wittgenstein, al final del pollo y mientras permanece internado en un campo de prisioneros nada envidiable, se dedicará a redactar el "Tractatus Logico-Philosophicus" a partir de las notas tomadas en esos "Diarios Secretos".
Atraído por lo ocurrente del rimar paja con filosofía, puse a trabajar a Google. Tecleé "masturbación & Ludwig Wittgenstein". Pues 966 entradas encontradas, tú. Si no os lo creéis, haced la prueba, aunque lo más probable es que os salgan 967: cosas de la sincronización Google-Blogger. En la primera entrada, nuestros amigos de la Junta de Extremadura: "La Junta aplaude el curso de masturbación (...)" se titula el link. Como coletilla: "Hasta Ludwig Wittgenstein se masturbaba".
Vamos a ver... En otro post publicado en el blog de los tochos, no dudé en aplaudir la iniciativa llevado por el grato recuerdo de ciertas profesoras de mi instituto, protagonistas ellas de sueños lúbricos y nocturnos. ¿Quienes mejor que ellas para la iniciación a la pedagogía del amor a uno mismo?
Veo consternado que la cosa va por otros derroteros: la sustitución de mis queridas profesoras por Ludwig Wittgenstein trata de incrementar la vocación por el conocimiento mezclando investigación y orgasmo. Sobre el papel quizás tenga sus bondades, pero en la práctica... que nos tengamos que pajear excitados ante un retrato de Ramón y Cajal, dá grima, la verdad.
Me he puesto a investigar sobre el tema para dar con otros matices y direcciones de los que servirme en estas disgresiones. Ya he manifestado mis sospechas que Wittgenstein construye su filosofar sobre experiencias muy reales. Recordaba sus "Diarios Secretos" escritos en las trincheras de la Gran Guerra, donde se lanzaba a episodios de sensualidad consigo mismo:
"5 de septiembre de 1914:
Me encuentro en camino hacia un gran descubrimiento. ¿Pero llegaré a él? Noto mi sensualidad más que antes. Hoy he vuelto a m[asturbarme]. Afuera hace un tiempo gélido y tormentoso."
Obsérvese cómo el pudor lo lleva a lanzarse a esas orgías de a uno guarecido en unos corchetes. Una vez hagan prisionero a Wittgenstein, al final del pollo y mientras permanece internado en un campo de prisioneros nada envidiable, se dedicará a redactar el "Tractatus Logico-Philosophicus" a partir de las notas tomadas en esos "Diarios Secretos".
Atraído por lo ocurrente del rimar paja con filosofía, puse a trabajar a Google. Tecleé "masturbación & Ludwig Wittgenstein". Pues 966 entradas encontradas, tú. Si no os lo creéis, haced la prueba, aunque lo más probable es que os salgan 967: cosas de la sincronización Google-Blogger. En la primera entrada, nuestros amigos de la Junta de Extremadura: "La Junta aplaude el curso de masturbación (...)" se titula el link. Como coletilla: "Hasta Ludwig Wittgenstein se masturbaba".
Vamos a ver... En otro post publicado en el blog de los tochos, no dudé en aplaudir la iniciativa llevado por el grato recuerdo de ciertas profesoras de mi instituto, protagonistas ellas de sueños lúbricos y nocturnos. ¿Quienes mejor que ellas para la iniciación a la pedagogía del amor a uno mismo?
Veo consternado que la cosa va por otros derroteros: la sustitución de mis queridas profesoras por Ludwig Wittgenstein trata de incrementar la vocación por el conocimiento mezclando investigación y orgasmo. Sobre el papel quizás tenga sus bondades, pero en la práctica... que nos tengamos que pajear excitados ante un retrato de Ramón y Cajal, dá grima, la verdad.
La veritat es que no m'ho arribo a imaginar(lo de practicar enonisme amb una foto de Ramon i Cajal).
ReplyDeleteM'ho passo molt bé cada cpo que visito el teu blog.
Moltes gràcies, senyor Càu. Per compromís amb el rigor del que exposo en aquest blog, confesso que ho vaig provar, però no hi va haver manera. Això que després de desistir amb en Ramon i Cajal vaig passar a en Wittgenstein, però res. Si hi ha algú que ens està llegint i ha aconseguit uns resultats més exitosos, no sé si demanar-li que ens ho expliqui... o que s'ho calli...
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