Sunday, January 10, 2010

Señores indios.



Tanto dibujar como fotografiar tienen algo de arte marcial... Como judokas, tratan de aprovechar las inercias del contrario para revertirlas en su favor, aprovechar las inercias del tiempo, del tiempo... ¿perdido? para capturar así pequeñas esencias de un mundo que ya no será.

Esperas en la recepción de un hotel, en un largo trayecto en autobús o en tren... Tiempo vivido circunstancialmente, despojado de la noción de instante, puro relleno entre instantes decisivos. Oí al antropólogo Manuel Delgado que se preguntaba sobre el tan recurrente ¿dónde vives?, como si alguien sólo pudiera vivir en su domicilio (y más allá de la vida privada, uno ya no vive, es otro, puro teatro quizás).

Algo similar sucede con el tiempo: se da por sentado que uno no está todo el día viviendo, sólo se vive a ratos, y por esto muchos sólo sacamos la cámara para recoger esos momentos: soplar las velas en un cumpleaños, una boda, un concierto, en medio de un polvo los más osados... En cambio, el lápiz aparece de modo más incisivo en esos momentos no vividos, en las esperas, en los silencios...



En estos silencios cabe el riesgo de que uno se acabe oyendo...



Oyéndose uno mismo, pero también oyendo al otro. Escuchándolo incluso.



Escuchar. Entender. Conocer.



Dibujar es reencontrarse con un tiempo.


2 comments:

  1. M'agrada aquesta identificació amb les arts marcials. Tot i que em reconec en l'actitud, no m'ho havia plantejat d'aquesta manera. Interesant.
    La foto molt cinematogràfica i els dibuixos ben bons.

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  2. Opino igual que Francesc, curioso que yo de pequeño practicaba judo ... ahora mismo pienso que el barrido tiene mucho de de-ashi-barai!

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