Silla, cleenex, agua mineral, protector solar y un vacío junto a la autovía que llena el lugar de una especial significación. Es un vacío que implica un lleno, y los carteles acusadores gritan: "a la derecha, a la derecha, a la derecha..." Mucha moralina compensada con otro tanto de broma fácil: "hípica", "depuradora"... quizás una chica con sentido del humor. Quizás no. La tenemos fuera de plano, a ella y al señor putero. Todas las pruebas son circunstanciales, epidérmicas, superficiales... Un territorio donde la cámara se mueve cómodamente, como esas otras que aparecen tras el crimen en un CSI de cualquier cadena de TV, cámaras lentas, cámaras que llegan tarde, que quieren llegar tarde.
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