M6+Cron50+Tri-X+La Boqueria+dibujantes de la ETSA de La Salle BCN
Recientemente participé en el 20º Congreso Internacional de Expresión Gráfica Arquitectónica (EGA) celebrado en Valencia. El título es muy pomposo, pero en realidad se trata de un encuentro de profesores de dibujo de diferentes Escuelas de Arquitectura que se realiza cada dos años. Para la ocasión, mi aportación consistió en una ponencia sobre la incorporación de la refotografía como una herramienta más al servicio de un ámbito del conocimiento que no trata tanto del dibujar como del ver. Ante la posibilidad de que lo que cuento pueda interesar a alguien, me he decidido a compartirlo tanto en antropògraf como en suministro de emociones, dividiendo la ponencia en varias entradas para hacer más digerible su lectura. Debo agradecer ante todo a Ricard Martínez no sólo sus aportaciones y consejos, sinó el hambre atroz que ha despertado en mí de este viaje en el tiempo que es lo refotográfico. Vamos allá.
La razón última de la práctica arquitectónica entendemos que debe ser la construcción de la idea de ciudad. En la edificación del imaginario urbano la Fotografía ha mantenido un papel protagonista, por lo que la Arquitectura no puede renunciar a lo fotográfico como ámbito de reflexión que le es propio.
La cámara fotográfica tiene algo de invento fuera de hora, como un invitado que llega a la cena pasados los postres. En el Renacimiento se inventó (que no descubrió) la perspectiva cónica. Antes lo representado ocupaba un espacio simbólico dentro de cada escena. El estupor ante tamaño invento lo podemos ver reflejado en la literatura: "dicen que blasfemamos al mirar el mundo con la perspectiva de un asqueroso chucho de la calle porque pintamos del mismo tamaño un tábano y una mezquita, con la excusa de que la mezquita está más atrás, y que nos burlamos de los fieles que acuden a ella. No puedo dormir por las noches pensando en todo esto." (Pamuk, 2003)
En la perspectiva cónica, todo el universo queda reducido a un único punto de vista: el del ojo que mira, el ojo del hombre. Ante él, el mundo se despliega ordenadamente, sobre la misma retícula en que Piero Della Francesca dispone su "ciudad ideal".
Y llega la fotografía.
Casi cinco siglos después.
Muy tarde.
La cámara fotográfica no es otra cosa que una cámara oscura a la que se dota de la capacidad de fijar químicamente esas perspectivas en un soporte. La cámara fotográfica es una máquina de tomar perspectivas. Pero la perspectiva ya no es capaz de explicar el mundo, en tanto el mundo ya no pertenece al individuo: ha hecho aparición en escena la masa. El discurso lineal que lo explica todo se vuelve caduco, es el tiempo de lo yuxtapuesto, lo fragmentario y parcial. Fractales y collage.
Xavier Rubert de Ventós propone elevar a categoría estética la obsolescencia: es en el instante en que el objeto se aliena respecto a su uso cuando podemos percibir su sentido estético. Acaso por esto mismo la obsolescencia del invento de la cámara fotográfica la libera de la sumisión a verse como una mera máquina perspectiva y rápidamente las fotografías serán otra cosa. Para empezar, romperán el espacio euclídeo inherente a la perspectiva cónica: lo fotografiado ya no se inserta en un espacio continuo, “lo que ocurre con la fotografía es que es un objeto acabado. Una fotografía está recortada y no forzosamente por unas tijeras o una plantilla, sino por el propio aparato fotográfico. (…) El aparato, en tanto que objeto acabado, recorta una porción de un campo infinitamente mayor. (…) Una vez recortada la fotografía, el resto del mundo se elimina debido a dicho recorte. La presencia implícita del resto del mundo y su expulsión explícita son aspectos tan fundamentales de la práctica fotográfica como lo que se muestra explícitamente” (Stanley Cavell, 1971, “The world Viewed”, Viking Press, New York, citado por Krauss, 2002, p. 140). Pero es que además, como insistirá Walter Benjamín, la cámara obedecerá a un discurso sobre el mundo donde se hace patente el cambio gravitacional de lo lineal y discursivo a lo yuxtapuesto, de lo reflexivo a la propaganda.
La cámara fotográfica tiene algo de invento fuera de hora, como un invitado que llega a la cena pasados los postres. En el Renacimiento se inventó (que no descubrió) la perspectiva cónica. Antes lo representado ocupaba un espacio simbólico dentro de cada escena. El estupor ante tamaño invento lo podemos ver reflejado en la literatura: "dicen que blasfemamos al mirar el mundo con la perspectiva de un asqueroso chucho de la calle porque pintamos del mismo tamaño un tábano y una mezquita, con la excusa de que la mezquita está más atrás, y que nos burlamos de los fieles que acuden a ella. No puedo dormir por las noches pensando en todo esto." (Pamuk, 2003)
En la perspectiva cónica, todo el universo queda reducido a un único punto de vista: el del ojo que mira, el ojo del hombre. Ante él, el mundo se despliega ordenadamente, sobre la misma retícula en que Piero Della Francesca dispone su "ciudad ideal".
Y llega la fotografía.
Casi cinco siglos después.
Muy tarde.
La cámara fotográfica no es otra cosa que una cámara oscura a la que se dota de la capacidad de fijar químicamente esas perspectivas en un soporte. La cámara fotográfica es una máquina de tomar perspectivas. Pero la perspectiva ya no es capaz de explicar el mundo, en tanto el mundo ya no pertenece al individuo: ha hecho aparición en escena la masa. El discurso lineal que lo explica todo se vuelve caduco, es el tiempo de lo yuxtapuesto, lo fragmentario y parcial. Fractales y collage.
Lisette Model. "Reflection, New York Fifth Avenue", 1945.
La fotógrafa no encontró una manera más eficaz de explicar New York a su hermana que a través de este "collage trouvé".
La fotógrafa no encontró una manera más eficaz de explicar New York a su hermana que a través de este "collage trouvé".
Xavier Rubert de Ventós propone elevar a categoría estética la obsolescencia: es en el instante en que el objeto se aliena respecto a su uso cuando podemos percibir su sentido estético. Acaso por esto mismo la obsolescencia del invento de la cámara fotográfica la libera de la sumisión a verse como una mera máquina perspectiva y rápidamente las fotografías serán otra cosa. Para empezar, romperán el espacio euclídeo inherente a la perspectiva cónica: lo fotografiado ya no se inserta en un espacio continuo, “lo que ocurre con la fotografía es que es un objeto acabado. Una fotografía está recortada y no forzosamente por unas tijeras o una plantilla, sino por el propio aparato fotográfico. (…) El aparato, en tanto que objeto acabado, recorta una porción de un campo infinitamente mayor. (…) Una vez recortada la fotografía, el resto del mundo se elimina debido a dicho recorte. La presencia implícita del resto del mundo y su expulsión explícita son aspectos tan fundamentales de la práctica fotográfica como lo que se muestra explícitamente” (Stanley Cavell, 1971, “The world Viewed”, Viking Press, New York, citado por Krauss, 2002, p. 140). Pero es que además, como insistirá Walter Benjamín, la cámara obedecerá a un discurso sobre el mundo donde se hace patente el cambio gravitacional de lo lineal y discursivo a lo yuxtapuesto, de lo reflexivo a la propaganda.
Josep Renau. "We are Pround to be Americans..." 1963
Vamos a leerlo despacio y esperar los próximos episodios. Interesantes reflexiones.
ReplyDeleteInteresant aquesta idea de convidat que arriba després de les postres. No coneixia el text de Cavell, però coincideix amb la idea exposada per Dubois a L'acte photographique en allò que ell explica del tall temporal i espacial i en el sentit de fora de camp real que la fotografia provoca.
ReplyDeleteM'hauria agradat assistir-hi a la teua ponència, molt més quan de la Facultat de Belles Arts a la l'Escola d'Arquitectura no hi ha ni cent metres de distància! De tota manera fou un plaer que ens trobàrem una breu estona.
Et seguiré les properes entrades amb el mateix interés de sempre.
Doncs sí que va ser una pena no saber que estàvem tan aprop, Francesc. Sort n'hi va haver del café de dissabte, però. Un plaer breu, però un plaer, al cap i a la fi... Per cert, quin dissabtes més esplèndids que gasteu per València... tan a la vora i feu servir un altre sol, una altra llum...
ReplyDeleteEns calia alguna cosa per compensar els desficacis dels nostres dirigents, no trobes amic Isidre? Sí tenim uns dissabtes lluminosos, però de tota manera no s'ha de prendre al peu de la letra allò de la "tierra de las flores de la luz y del color" del pasdoble del mestre Padilla (que, sia dit de pas, era andalús).
ReplyDelete"Los niños la veian, los hombre la miraban..." Don Quijote de la Mancha, Cervantes
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