Friday, November 12, 2010

Autoretrat en el Turó de la Peira. Abuelitas a la intemperie para celebrar los 20 años del invento de la aluminosis.


Desde el "Vignette" del HTC Desire. Lo menudo de la cámara y la inmediatez con la que se comparten fotos me da que pensar en si la última Leica no tendrá que ver más con I-phones que con M9s...

Este mes se cumplen 20 años del primer hundimiento de un edificio debido a la Aluminosis, en el Turó de la Peira. El cemento aluminoso es un buen cemento y muy resistente, pero tiene a su kriptonita: el agua. Con la humedad se degrada perdiendo toda su capacidad resistente. Es evidente entonces que su uso en edificación (especialmente residencial) es una animalada, pero su menor coste ayudó a consolidar las fortunas del país, esa sociedad civil a la que tanto debemos. Y luego llueven bombas en el Liceu. Curiosamente, el único edificio que se salvó de la plaga en el Turó de la Peira fue uno que levantó una cooperativa de propietarios. Qué casualidad...


Con la LX3 a través del visor de la Minolta de Ricard Martínez. De ahí el aire fílmico de la foto :-b

20 años del primer edificio que se cae, de un montón de familias que lo pierden todo en un suspiro. Un todo de recuerdos, libros, cartas, ropa, lladró, fotos... Pues nosotros va y lo celebramos. Entre la asociación de vecinos y el centro cívico de Can Basté se han coordinado unas cuantas propuestas, entre las cuales se encuentra la de Arqueologia del Punt de Vista.


Encuadrando el montaje desde el "avarage point".

Proponemos situar una refotografía en un muro de hormigón (sin cemento aluminoso, que conste) al pie del Turó. Entre dificultades de producción y demora de los permisos pertinentes, llegamos a la cita con un plan B (mientras el A va haciendo su camino). Este plan B son otras dos refotografías, una frente a Can Basté y otra, la de la foto, en la cima del Turó (=colina). Dos fotos que podrían pertenecer al álbum familiar de cualquiera de las familias del barrio.
Ayer por la mañana se inauguró el pollo, que quedó bello de cojones.


El refotógrafo americano frente a las abuelas. Por un día Mark Klett cambió su Grand Canyon por el Turó de la Peira.

Por cierto, que si alguien conoce a las abuelas que nos lo haga saber! Se pasarán todo un mes en la cima del Turó. También se agradecerá que les vayáis a hacer compañía un rato, no sea que se nos aburran aunque las veo muy flamencas... En una próxima entrada, os contaremos la refotografía del Tiovivo. Otro día.

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