Sunday, October 10, 2010

La escalera de Ludwig Wittgenstein y la mía, sin ir más lejos... (28)


LX3+la escalera de mi casa

Cuenta el TRACTATUS...

“6.54 Mis proposiciones esclarecen porque quien me entiende las reconoce al final como absurdas, cuando a través de ellas –sobre ellas- ha ido fuera de ellas. (Tiene, por así decirlo, que arrojar la escalera después de haber subido por ella). Tiene que superar estas proposiciones; entonces ve correctamente el mundo.”

Leo perplejo en el Trópico de la Mancha que, gracias a esta sentencia, la tumba de Ludwig Wittgenstein está llena de japoneses que toman al filósofo por budista. Caramba. Tenemos que ir con cuidado con lo dicho, o podemos alucinar con los invitados de cualquier primero de noviembre en que nos toque pasarlo en el cementerio como protagonistas de la fiesta.

El caso es que el punto 6.54 toca un saber sutil, rollo Tanizaki y tal (de ahí lo de los autocares de japos, supongo): debemos olvidar buena parte del camino recorrido para seguir andando. Y no se trata de un burdo "Elogio del perderse". A los que nos dedicamos a la creación (de lo que sea) es fácil que nos suene esta música: tras un estudio racional del problema al que toque enfrentarnos, debemos afrontar su resolición sin el peso de lo aprendido. Por esto temo a la hoja en blanco, al carrete por exponer, a la tarjeta SD formateada...

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