Tras un junio un tanto estéril para algunos (en lo bloguero, ¿eh?), Francesc Vera vuelve a la carga con "Fer fotos o ser fotògraf?" (¿Hacer fotos o ser fotógrafo?). Por lo interesante y oportuno del artículo, me pongo a su rebufo para iniciar este julio con más brío. Vamos allá.
Esta diferenciación entre el hacer y el ser me recuerda a los chascarrillos que entre arquitectos comentamos sobre el intrusismo profesional: barricadas dialécticas frente a aparejadores, ingenieros, decoradores y un etcétera de lo más variopinto. Vale, de acuerdo: son una pandilla de asquerosos. Pero un paseo por cualquier ciudad (de una urbanización ni hablemos) nos convencerá pronto de que la arquitectura ni se proyecta ni se hace: se comete. Y quien delinque tiene su colegiación en regla y sus buenos ocho años de lavado de cerebro en la escuela de Arquitectura de turno. Ya se me perdonará que desconfíe, pues, de las palabras.
Leía a Joan Fontcuberta quien, a propósito del extenso número de fotógrafos de pocas fotos, daba cuenta de una singularidad de la Fotografía respecto a otras disciplinas señalada por Ian Jeffrey: "priorizar para la fotografía una historia de las imágenes en detrimento de una historia de los autores, tal como ha constituído hasta la fecha el modelo hegemónico".
Confieso que ese disolverse en la obra me da morbo. Incluso el disolver la propia obra! ¿No es acaso la Fotografía un auténtico atentado contra el concepto preexistente de "obra"? El precio de las series numeradas y copias vintage que nos saquemos de la manga sólo hace referencia al costo de un fetichismo... y al problema todavía no resuelto que el fotógrafo, por más disuelto que esté, también come.
Sobre ellos, los fotógrafos disueltos, precisamente, nos hablaba Maria Rosa Vila desde ENFOCANT. Disueltos en el acuerdo entre Flickr y Getty Images, se entiende. Será por esto que todavía hago fotos con sensor químico (sí, yo hago fotos, o las quito, o las saco, o...). Y es que el carrete restriñe, frente a la diarrea que me supone lo digital. Què hi farem...
Esta diferenciación entre el hacer y el ser me recuerda a los chascarrillos que entre arquitectos comentamos sobre el intrusismo profesional: barricadas dialécticas frente a aparejadores, ingenieros, decoradores y un etcétera de lo más variopinto. Vale, de acuerdo: son una pandilla de asquerosos. Pero un paseo por cualquier ciudad (de una urbanización ni hablemos) nos convencerá pronto de que la arquitectura ni se proyecta ni se hace: se comete. Y quien delinque tiene su colegiación en regla y sus buenos ocho años de lavado de cerebro en la escuela de Arquitectura de turno. Ya se me perdonará que desconfíe, pues, de las palabras.
Leía a Joan Fontcuberta quien, a propósito del extenso número de fotógrafos de pocas fotos, daba cuenta de una singularidad de la Fotografía respecto a otras disciplinas señalada por Ian Jeffrey: "priorizar para la fotografía una historia de las imágenes en detrimento de una historia de los autores, tal como ha constituído hasta la fecha el modelo hegemónico".
Confieso que ese disolverse en la obra me da morbo. Incluso el disolver la propia obra! ¿No es acaso la Fotografía un auténtico atentado contra el concepto preexistente de "obra"? El precio de las series numeradas y copias vintage que nos saquemos de la manga sólo hace referencia al costo de un fetichismo... y al problema todavía no resuelto que el fotógrafo, por más disuelto que esté, también come.
Sobre ellos, los fotógrafos disueltos, precisamente, nos hablaba Maria Rosa Vila desde ENFOCANT. Disueltos en el acuerdo entre Flickr y Getty Images, se entiende. Será por esto que todavía hago fotos con sensor químico (sí, yo hago fotos, o las quito, o las saco, o...). Y es que el carrete restriñe, frente a la diarrea que me supone lo digital. Què hi farem...
Isidre, si el meu post ha servit per què reprengues l'activitat bloguera, ja puc donar-me per satisfet.
ReplyDeleteM'agrada això de què l'arquitectura es comet. Tot just ahir vaig dinar a casa de la meua mare i en acabar vaig passar per un carrer que feia un parell d'anys que no passava, encara com no duia cap cotxe al meu darrere, sino s'estavella contra mi. No pots fer-te una idea de com cantava la façana d'una casa. La veritat és que a l'arquitecte que ho haurà dissenyat l'haurien de declarar enemic de la humanitat. Si un dia vaig per allà amb la càmera ja te'n faré arribar una foto.
Ah, la foto molt divertida.
Espero la foto. Amb ànsia. Però m'imagino l'arquitecte que va perpetrar la cantada: "ho veieu? al menys he provocat una bona foto!" Ai, els camins de l'Art... sí, sí, inescrutables com d'altres...
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